Friday, June 20, 2014

Corazón de campeón

at Latinaish!
No soy española, pero en el plano de mi corazón serpentean los callejones de Madrid. Busco las paz en las plazas llenas de historia y los parques tranquilos y soleados. Las piedras antiguas me fortalecen.

Así que, en el verano de 2006, con los recuerdos de un semestre en Madrid hace un año todavía nítidos en la mente, encendí la tele de nuestro apartamento universitario y me dirigí a Univisión. No era aficionada del fútbol, pero quería ver este "juego bonito", tan querido en lo que ahora llamaba "mi otro país". Me gustaba escuchar los comentaristas en español, y los partidos me parecieron bastante interesantes (me encantan casi todos los deportes), pero no entendía mucho de lo pasó, salvo los goles. Perdí interés después de que perdieron los Estados Unidos y luego España, y no volví a pensar en el fútbol por varios años.

El verano de 2010 fue mi segundo verano como maestra del inglés para hablantes de otros idiomas, y yo buscaba un tema que nos podría guiar para el curso del verano. Sabía que la mayoría de mis estudiantes eran aficionados del fútbol, y pensé que la Copa del Mundo daría una sensación emocionante de solidaridad a estos jóvenes de diversos países.

Entonces busqué artículos y libros del fútbol, del Mundial, y de Sudáfrica. Mis estudiantes mejoraron sus habilidades de leer, escribir, escuchar, y hablar en inglés... y yo empecé a conocer el fútbol. Estudiábamos y aprendíamos. Marcábamos los resultados de los partidos en la pared, y siempre me alegré cuando ganaron los Estados Unidos o España. Después de clases, me apuré a casa para ver toda la programación de Univision mientras planeaba las actividades para el día siguiente.

España seguía ganando.

Las clases terminaron y ahora podía ver más partidos. ¡Y España seguía ganando!

Conocí a David Villa por sus goles (y por llevar mi número favorito) y a Iker por su magia al poste (y su sonrisa encantadora). Estos jóvenes de la Roja me parecían buena gente, con este compañerismo excepcional que se puede convertir un buen equipo en un equipo singular. (Ya conocía el poder de un equipo así, pero ésta es otra historia.)

Conocí a un pulpo pronóstico.

Al final, conocí a Iniesta por su gol inolvidable, por su camiseta en memoria de su compañero fallecido, y por el relato que contaron los comentaristas de su abuelo, mirando a su nieto por la tele en algún pueblito desconocido de España. (¡Y más tarde, por tener su cumpleaños cinco días después de lo mío, en el mismo año!)

Viví la celebración en vivo con los madrileños a través del Internet. Los campeones, mis campeones, festejando en las calles estrechas, mis calles queridas.

photo credit: Rachel E. Chapman via photopin cc
Y dos años más tarde, la viví otra vez, en una camiseta estrellada, después de pegarme a la tele por varias semanas durante la Eurocopa entera, como cualquiera aficionada del fútbol.


Ahora, después de las derrotas recientes, lo que más recuerdo es la manera en que los jugadores, mis jugadores, seguían luchando. No se dieron por vencidos, ni en el último momento. Éste es lo que merece una estrella. Éste es lo que significa tener corazón de campeón.

Lo que más me siento cuando pienso en la Selección Española no es la tristeza, sino un latido fuerte de cariño. Recuerdo los goles, las sonrisas, los ojos chispeantes de 2010 y 2012. Recuerdo las manos agarrando las copas y los brazos abrazándose. Recuerdo este sentido de solidaridad, palpable aún a través de la tele. Y recuerdo el verano en que mi convertí en aficionada del fútbol.

Mi camisa favorita, comprada cuando viajé a Madrid en 2012.
Gracias, Selección Española, por enseñarme la belleza del juego bonito.

Tuesday, June 17, 2014

Enjoying

Tuesdays at Two Writing Teachers!
"Are you enjoying your time off?" As soon as the calendar flips to June, every teacher is bombarded with this inevitable question from friends, family, acquaintances, and those random people you just met in line at the grocery store.

I think every teacher has a different response.

Some practically shout a resounding "YES!" while letting go of the worries of the school year. Some gush over increased family time and exciting vacations. Others smile with a quick "Yes, but..." and then attempt to patiently explain a few of the myriad ways teachers hone our craft over the summer.

Depending on my mood, I think I've been known to do all three, but as the political climate has shifted, I've tried to do more of the last choice. Since I've been getting more questions prefaced with "I know teachers work a lot over the summer, but...", I'll take a wild guess that many of you have been doing the same!

So, to everyone wondering if I'm enjoying my time "off": Yes, I am, but I'm really enjoying a blend of recovery, rejuvenation, and preparation!

Here's what I'm enjoying this summer:
  • playing with new technology and envisioning how it will transform my students' learning
  • cleaning and organizing my classroom, which always falls by the wayside
  • creating new materials, from digital activities to classroom learning aids
  • collaborating with colleagues across my district and outside of it
  • sparking new ideas, from nudges to blog posts to presentations
  • digging into standards and reflecting on my core philosophies
  • pushing my thinking through professional reading, conferences, & workshops
  • planning innovative activities and refining past practices
  • continuing to encourage students through Goodreads and our blog
  • curling up with books and notebooks
  • exploring this wonderful world with eager eyes and an open heart
  • savoring sweet time with my husband and parents
  • and, of course, resting and relaxing, with beautiful treats like this:
Lunch at my favorite summer spot! So much to enjoy with a view like this!
It's been a busy couple weeks of end-of-school craziness, but just writing this post makes me so excited and grateful for all I have to enjoy!

What will you enjoy in your time "off"?

Tuesday, June 3, 2014

Love those kids

Tuesdays at Two Writing Teachers!
Before all the last-day hugs and photos, my students spent several weeks analyzing, reflecting on, and celebrating their learning this year. (More posts are brewing!)

Reading through their reflections, I nodded and smiled as my heart grew so full it seemed ready to leap from my body and fly onto their pages. So many kids now hold different identities, and they know it! So many kids became readers who connect to books and writers who write for real purposes and audiences. So many kids now inhabit a world where words have real power, and they are confident of their ability to participate in that world. I hope they always hold onto that.

I had so many ideas today of ways to reflect on my own year, but none of them seemed quite right. All of a sudden, Sharon Creech's Love that Dog popped into my head, and I knew that was it! I love those kids. I scrambled to find Walter Dean Myers' original poem, "Love that Boy"... and this is where it took me:

Love those kids
like a daisy loves the sun
I said, love those kids
like a daisy loves the sun
Love to call them in the morning,
"It's a great day, everyone!"

They curl in chairs
and dive into books.
I said, they curl in chairs
and dive into books.
They know that words can carry them
as close or far as they dream of.

They write their lives,
making words dance and sing.
I said, they write their lives,
making words dance and sing.
They recognize the power
their very own stories bring.

They walk with strength and courage,
reaching out and standing tall.
I said, they walk with strength and courage,
reaching out and standing tall.
They'll find their places in this world
with their words to keep them strong.