Torrijas

Celebrating languages on Fridays!

I write in Spanish on Fridays. If you don't read Spanish, feel free to experience the magic (and imperfection) of machine translation by pasting this post's url into Google Translate! And if you can write in a language other than English, join me next Friday!

Hemos cocinado torrijas por la primera vez. 

No me había enterado nunca de las torrijas hasta la Semana Santa que vivía en España, hace dieciséis años ahora. Un día me desperté para descubrir que mi "mamá española", Carmen, había cocinado un desayuno especial. Parecía semejante al French Toast, pero con un sabor distinto. - ¡Son torrijas! - me dijo ella. - Es un desayuno típico de la Semana Santa. ¡Y estarán más ricos mañana! -

Me las encantaban. ¿Cómo podría esta gente comer un desayuno tan delicioso sólo una vez al año?

Resolví intentar cocinarlas cada Semana Santa. Pero la verdad es que no me gusta cocinar, y menos si es algo que no he intentado antes. Y cuando por fin encontré una receta, me intimidaron los muchos pasos. 

Hasta el marzo de 2020, con el mundo en pedazos, cuando no pareció divertido cocinar unas recetas nuevas durante las semanas (¡jajaja!) en casa. Se me ocurrió otra vez el idea de cocinar las torrijas, y casi lo hicimos, pero el tiempo transcurrió en una neblina de trabajo y paternidad, y se me olvidó pedir los ingredientes necesarios antes de la Semana Santa. 

Entonces, cuando las semanas encerradas en casa se convirtieron en meses, y en un año, y nos encontramos otra vez en casa este marzo siguiente, decidí que éste, seguramente, era el año de hacer torrijas. Y este año, logré recordar pedir los ingredientes necesarios, y encontré una receta en inglés para que mi esposo la pudiera leer. Los muchísimos pasos de la receta casi me dieron un ataqué de pánico todavía, pero, por suerte, a mi esposo le encanta cocinar y probar recetas nuevas. Él se encargó de leer la receta temible y seguir sus pasos, y pronto, la cocina se llenó con el olor de aceite. 

mi esposo haciendo las torrijas bajo la mirada vigiladora de Sweetie

-¡Huele a España!- le dije. Carmen cocinaba tantas cosas con aceite que casi todos los días, su olor difundía por todo el piso pequeño. En el almacén, ¡había un pasillo entero de botellas de aceite de oliva! 

Guardamos las torrijas en la nevera por la noche, recordando las palabras de Carmen. Y hoy por la mañana, desayunamos con el sabor de la Semana Santa en España. 

¡éxito!

-¡Es mi desayuno favorito!- declaró Sweetie. 

-¡Estarán más sabrosas mañana!- guiñé, pensando en Carmen. Y casi podía ver la cocinita de su piso, tan pequeñita comparada con la nuestra, el sol madrileño brillando entre las cortinas verdes, la vista desde la ventana donde yo buscaba cada mañana el autobús que llegaba antes del mío, y las sonrisas grandes y orgullosas de Carmen y Gerardo cuando nos enseñaron algo nuevo a mi compañera de cuarto y yo.